Una disputa por los límites con el departamento de Norte de Santander pone en riesgo la soberanía de Santander sobre miles de hectáreas situadas en el ecosistema de páramo.
En esta maravilla natural habitan 293 especies de fauna, varias de ellas en peligro de extinción, así como 457 variedades de plantas y un complejo hídrico de 26 lagunas, esenciales para el suministro de agua. Entre estas lagunas se destacan los complejos de Pozo Negro, La Tortuga, El Plan, La Barrosa, La Negrita y La Pintada.
El agua, una de sus principales riquezas, provee a 48 municipios de ambos departamentos, 15 en Santander y 33 en Norte de Santander, beneficiando a aproximadamente 2,3 millones de personas. Los frailejones y los musgos son fundamentales para la producción de agua.
En 2015, la Gobernación de Norte de Santander presentó una solicitud al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) para reclamar aproximadamente 75,8 kilómetros de terreno situados entre los municipios de Silos, al norte, y Guaca, Santa Bárbara y Cerrito, en Santander.
El área en disputa se encuentra dentro de la jurisdicción del páramo de Santurbán y cerca del páramo del Almorzadero, ambos de gran relevancia para Santander.
Se trata de aproximadamente 6.000 hectáreas que albergan cultivos de papa y cebolla junca, además de contener minerales como carbón, mármol y pirita. También incluye varias zonas protegidas que cuentan con lagunas y de las cuales se origina un brazo de río que suministra agua a Bucaramanga.
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