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Foto del escritorVOCES ROVIRENSES

Joven santandereano lleva su chocolate a la realeza española

Marlon Ferreira Mantilla se inició cuando por temas familiares dejó Los Santos para radicarse en San Gil, eso lo llevaría a convertirse en uno de los microempresarios más reconocidos del país, un hecho que lo tiene ad-portas de conocer a la Letizia, la reina consorte de los españoles, a quien le llevará como presente la historia y los chocolates que fabrica con su empresa Maluwa.


Es uno de los tres emprendedores de la industria de la chocolatería en el continente seleccionados en el marco del programa ‘Semillas para un futuro sostenible’, organizado por la Fundación Microfinanzas BBVA. Los otros son: Constantino Blandford, cacaotero panameño y Ana Rodríguez, cacaotera y artesana de república Dominicana.


Los tres se reunirán en Madrid para participar del evento en donde contarán sus historias, conocerán a la realeza y compartirán espacios con personalidades de la repostería como Jordi Roca, a quien Ferreira le tiene una gran admiración.



La historia de Marlon Ferreira con el chocolate


Mirar con espejo retrovisor siempre es más fácil y permite reconocer los momentos claves del pasado. Eso le pasa a Ferreira, quien recuerda cómo al llegar a San Gil su hermana tuvo la idea de vender chocolates en la universidad, una iniciativa que no se dio pero que le sirvió a él como punto de inicio.


Con 15 años, por allá en el 2010 y recién ingresado a noveno grado en su nuevo colegio El Rosario, encantó con su carisma a directivos y docentes quienes le permitieron iniciar con un pequeño negocio.


Acudiendo a su naciente espíritu emprendedor, empezó a comprar barras de chocolate, las derretía en baño maría, para después organizarlas en pequeños moldes, empacarlos y venderlos al otro día en el colegio a $200 y $500 a sus compañeros.


Eso lo hizo todos los días en las tardes entre los grados noveno y once. De ahí aprendió a otorgarle un valor diferente al dinero, a no gastarse ‘el plante’ y darse los gustos que quiere cualquier joven a su edad como salir a comer con su novia sin pedirle plata a los papás.


Esa experiencia lo enamoraría del chocolate y se convertiría en su estilo de vida. Tras un paso fugaz por la Escuela de Cadetes Almirante Padilla donde no pudo continuar porque a pesar de cumplir con los exámenes el cuerpo no le respondió en el proceso, regresó a su casa a seguir preparando chocolates.


Tras varios años visitando departamentos y territorios que no pensó conocer gracias al cacao ayudando a los productores a tener una materia prima de mayor calidad, Ferreira decidió emprender, tenía el conocimiento y el contacto con los campesinos, sus principales aliados.


El 12 de marzo de 2019 hizo su primera venta con su marca Maluwa Chocolates. “Maluwa es flor de cacao, sin las flores las plantas no dan frutos y sin los productores y el campo la sociedad tampoco se mantiene”, dijo el empresario sobre la filosofía de su negocio familiar.


Por eso, desde que inició tiene principios definidos sobre el modelos empresarial: Trabajar directamente con los productores, pagarles primas de sobre precio y capacitarlos para que produzcan un mejor cacao y tengan sus propios emprendimientos.


“Estas son personas, campesinos que viven situaciones muy difíciles en temas sociales, familiares, económicos, con una gran resiliencia y con los que hemos construido relaciones de confianza lentamente, porque no se les pueden imponer los conocimientos”.

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